Hemorragia Obstétrica Post-Parto
Cerca de 80% de las causas de la HOP son atribuibles a
inercia o atonía uterina, que suele relacionarse con sobre distensión
uterina (embarazo múltiple, macrosomía), infección
uterina, ciertos medicamentos, trabajo de parto prolongado,
inversión uterina y retención placentaria. Las otras causas
tienen que ver con laceraciones del canal del parto o rotura
uterina, y con defectos de coagulación (preeclampsia grave,
síndrome HELLP, desprendimiento prematuro de placenta,
muerte fetal, embolismo amniótico y sepsis).
El diagnóstico diferencial del sangrado en el primer
trimestre debe incluir variedades de aborto (amenaza de
aborto, aborto incompleto o completo, aborto retenido),
embarazo ectópico y enfermedad del trofoblasto. Sin embargo,
la evaluación de la paciente permitirá también descartar
otras causas más infrecuentes (hemorragia de la implantación,
hemorragia cervical o vaginal). En
el segundo y tercer trimestre de la gestación, la hemorragia
obstétrica es menos frecuente (4-5%) en relación con el
primero, siendo las causas más frecuentes de sangrado la
pérdida asociada a incompetencia cervical o trabajo de parto
prematuro, placenta previa (20%), desprendimiento prematuro
de placenta normoinserta (30%) y rotura uterina
(infrecuente). Las mujeres que han tenido una hemorragia
posparto tienen un riesgo de 10% de recurrencia del sangrado
en el siguiente embarazo.
Sangrado Temprano
El sangrado más común en el comienzo del embarazo es el aborto espontáneo. Es un sangrado similar a una menstruación voluminoso, sin embargo, puede llegar a verse acompañado de sangrado excesivo y prolongado. Lo más frecuente es que el obstetra realice un legrado uterino para el tratamiento de este tipo de situación. En el caso de un embarazo ectópico, el sangrado suele ser interno y puede llegar a ser fatal si no se trata a tiempo.
Sangrado Tardío
La consideración principal de una hemorragia al final del embarazo es la presencia de placenta previa, un trastorno que suele ser resuelto con una cesárea. Igualmente, un desprendimiento prematuro de placenta puede conllevar a un sangrado obstétrico, a menudo no aparente.
Sangrado Post-Parto
La hemorragia durante el puerperio se define como la pérdida de más de 500 ml de sangre después del parto vaginal o más de 1000 ml de sangre después de una cesárea. Es la causa más importante de muerte materna perinatal en países desarrollados y una causa principal de morbilidad a nivel mundial.
Las principales causas de hemorragia postparto son la atonía uterina, traumatismo físico, placenta retenida y coagulopatías:
-Atonía uterina: es la incapacidad del útero para contraerse y puede conllevar a sangrado continuo. La retención de tejido placentario puede causar una atonía uterina.
-Traumatismos: los traumatismos durante el parto pueden desgarrar el tejido y vasos sanguíneos del canal del parto, lo que conlleva a sangrado importante.
-Retención de tejido: es cuando porciones de la placenta o del feto permanecen adheridos al útero, lo que puede causar hemorragias.
-Coagulopatías: ocurren cuando hay un fallo en la coagulación lo que puede predisponer a sangrados constantes.
Manejo y Tratamiento
El choque hemorrágico se presenta en 30-40% de todas
las muertes por trauma y permanece como una causa prevenible
de muerte. Los productos sanguíneos (paquete globular,
plasma fresco congelado, plaquetas y crioprecipitados)
juegan un papel esencial en el manejo de estos
pacientes, ya sea durante la reanimación o el tratamiento
definitivo. La transfusión temprana, definida como aquella
que se requiere en las primeras 24 h del ingreso, es requerida
en cerca de 5% que ingresa al hospital y cerca de 3%
llega a requerir transfusión masiva. Los componentes sanguíneos
son recursos de alto valor; sin embargo, su empleo
ha demostrado ser un factor de riesgo para complicaciones
infecciosas y no infecciosas, desarrollo de
respuesta inflamatoria sistémica, falla orgánica múltiple y
muerte. Una política de transfusión liberal puede introducir
aún más el riesgo de un paciente que ya está comprometido. El Advanced Trauma Life Support (ATLS) clasifica
el choque hipovolémico y ofrece una guía útil para
estratificar a los pacientes con hemorragia aguda en uno de
cuatro grupos. Nosotros recomendamos el empleo de hemoderivados
conservando la relación paquete globular/plasma
fresco congelado.
Junto a la reanimación inicial de la paciente, la primera
línea de tratamiento para la HOP es la intervención farmacológica
para estimular la contracción uterina; adicionalmente
pueden ser útiles algunos fármacos que promueven
la hemostasia cuando la hemorragia potencialmente sea
mortal. El factor VIIa recombinante, si bien no está aprobado
aún para el manejo de la HOP, la literatura ha mostrado
ciertos resultados alentadores, nosotros tenemos la
experiencia, también positiva, de su empleo en nuestra
unidad. El ácido tranexámico, un derivado sintético del
aminoácido lisina inhibe competitivamente la activación
de plasminógeno, se asocia con mínimos efectos adversos.
Actualmente el estudio WOMAN (Tranexamic acid for the
treatment of postpartum haemorrhage: an international,
randomised, double blind, placebo controlled trial) se lleva
a cabo en todo el mundo. Dentro de la diversidad de patologías que pueden comprender
la causa de la hemorragia obstétrica y el momento
en la que ésta se presenta, se dispone de una variedad de
escenarios que pueden orientar a la pronta resolución del
origen del sangrado. Sin embargo, en cada caso, es probable
que la paciente requiera continuar con apoyo y vigilancia
hemodinámicas, las cuales muy bien pueden ser guiadas
por metas para dar el soporte vital básico que permita
la toma de decisiones subsecuentes al equipo clínico que
enfrenta dicha patología.
Desde los trabajos de Shires y cols., en la década de los
50, se estableció el empleo de cristaloides para el abordaje
inicial de la reanimación en los casos de choque hemorrágico. En la etapa inmediata a la pérdida de volumen se
considera óptima la administración de cristaloides y hemoderivados
de preferencia por dos vías periféricas, atendiendo
la ley de Poiseuille, con la que se entiende que un
acceso venoso de grueso calibre y de corta longitud será la
mejor opción terapéutica. Sobra enumerar los grados de
choque clásicos del Colegio Americano de Cirujanos, bajo
los cuales se puede estimar el porcentaje de pérdida de
volumen. Recientemente se ha documentado la posibilidad
de estadificar el grado de pérdida de volumen de la
paciente mediante el exceso de base, una forma mucho
más objetiva de estimar el porcentaje de volumen perdido
que nosotros consideramos útil. No se recomienda el empleo
de coloides (almidones) por su asociación con el mayor
requerimiento de terapia sustitutiva renal y menor sobrevida.
De manera inicial, después de una revisión clínica completa
y la inmediata reanimación con cristaloides, el clínico
debe obtener por lo menos, soporte respiratorio suficiente
para el escenario clínico, un acceso venoso central,
colocación de sonda urinaria, línea arterial y estudios paraclínicos
básicos (gasometría arterial, biometría hemática, química sanguínea, etc.) con lo que guiará su estrategia de
reanimación con base en metas:
• Llenado capilar ≤ 2 s.
• Presión arterial media ≥ 65 mmHg.
• Presión venosa central entre 8-10 cmH2
O.
• Saturación venosa central de oxígeno ≥ 70%.
• Diferencia arteriovenosa de CO2
entre 5 y 7 mmHg.
• PaO2
> 60 mmHg.
• Lactato ≤ 2.
• Gasto urinario ≥ 0.5 mL/kg/h.
La estrategia en la administración de líquidos y hemoderivados,
en caso de no contar con variables dinámicas de
respuesta a volumen (variabilidad de presión de pulso, variabilidad
de volumen sistólico e índice de elastanza, etc.),
bien podría optarse por cristaloides, 30 mL/kg como dosis
mínima, y en caso de enfrentar estadios más avanzados de
choque, la administración de hemoderivados (cuando las
pérdidas exceden 30% del volumen sanguíneo o cuando la
hemoglobina es menor de 10 g/dL o cuando una paciente
hipotensa no responde a 2 L de cristaloides) se sugiere a
razón de dos unidades de plasma fresco congelado por cada
paquete globular administrado, siempre teniendo en mente
complicaciones hematológicas propias de la hemorragia
aguda así como aquéllas asociadas al empleo de hemoderivados.
Muy interesante... pero de lejecitos están mejor, porque si se presentan hay que ponerse en acción.
ResponderBorraramigui muy bien tu tema, tes esforzaste al escribir tanto jejeje
ResponderBorrarMuy bien tu tema casi escojimos las mismas imajenes pero contenidos distintos
ResponderBorrarMuy bien tu tema casi escojimos las mismas imajenes pero contenidos distintos
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
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